Soy filósofa de mi propia existencia, es decir, poetisa
Soy filósofa de mi propia existencia, es decir, poetisa

Ojos él no tiene

A mí no me gusta mi sombra,
me gustan las lunas de su mirar,
porque ojos él no tiene: ¡satélites!
¡Creciente deceso de eclipse!

Su sombra cede y se tuerce
con los brazos abajo,
abraza los pliegues
de la mirada críptica,
torna pestañas astrales
flechando mi cielo
y lunas llenas de tierra
se clavan en mi plexo:
mis iris alucinan
y sus lunas nuevas alunizan
por fin sobre mi noche.

Las pupilas negras
me entregan a la sombra,
porque no me gusta de día
verme desnuda,
mas dentro de sus órbitas
él alumbra la grafía del alma
más allá del horizonte
que supuestamente nos separa.

Suceden las quimeras
de oscuridad más allá,
me espera ciega
la verdad que jamás
fue astro de carne,
porque ojos él no tiene: ¡satélites!
¡Creciente deceso de eclipse!

* * *

(Intentar plasmar tu infinita mirada en un finito poema que gira y gira, Hugo Ortega Vazquez)